Pechuga de pollo glaseada con patatas al romero

Tiempo aproximado de preparación:

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Ingredientes para 4 porciones:

  • 4 filetes de pechuga de pollo (aproximadamente 175 g cada uno)
  • 800 g de patatas
  • Sal, pimienta
  • 4 cebollas de tamaño medio
  • 40 g de mantequilla clarificada
  • 1-2 dientes de ajo
  • 2 cucharadas de miel líquida
  • 2 cucharadas colmadas de almendras en láminas
  • 1 manojo de romero
  • 1 tarro (400 ml) de caldo de pollo
  • 3-4 hojas de gelatina ó 6 g de gelatina en polvo (deben seguirse las instrucciones del fabricante)
  • 100 ml de vino blanco

Preparación:

  1. Lavar los filetes de pollo y las patatas y secarlos con suaves golpecitos. Condimentar el pollo por todas partes con sal y pimienta. Cuartear las patatas aproximadamente. Condimentarlas también con sal y pimienta.
  2. Pelar las cebollas, cortarlas en pequeños trozos y distribuirlas en una grasera para horno. Colocar los filetes de pollo y las patatas sobre una rejilla y meter en el horno encima de la grasera.
  3. Rociar con mantequilla clarificada y cocinar en horno precalentado (horno eléctrico: 175°C / horno de gas: nivel 2) durante aproximadamente 30 minutos. Mientras tanto, pelar los dientes de ajo y aplastarlos con una prensa de ajo. Mezclar con la miel y las láminas de almendra. Separar las hojas de romero de los tallos.
  4. Transcurridos 30 minutos, verter el caldo sobre los filetes de pechuga de pollo, darles la vuelta y rociarlos con la mezcla de miel. Dar la vuelta también a las patatas y espolvorear sobre ellas las hojas de romero. Hornear durante aproximadamente 3-5 minutos a 220°C (horno de gas: nivel 4), hasta que esté hecho.
  5. Para la salsa, remojar la gelatina en agua fría. Verter el contenido de la grasera en una olla. Añadir el vino blanco, dejándolo hervir brevemente. Condimentar bien con sal y pimienta. Escurrir la gelatina y agregar removiendo a la salsa. Dejar espesar ligeramente, rociar sobre las porciones individuales de pollo y servir.

 

Marida bien con una cerveza fría.

 


Ahí se encuentran más informaciones para cocinar y cocer con gelatina.

 

Valores nutricionales por persona aproximadamente:

  • Calorías: 366
  • Julios: 1535
  • Proteínas: 35,3 g
  • Grasas: 5,4 g
  • Carbohidratos: 38,2 g

Patatas

Especialmente en invierno, los platos contundentes suelen estar entre las opciones más populares de los menús culinarios. La patata está considerada como un acompañamiento ideal para los platos de repollo o carnes. No obstante, situar a este popular tubérculo en la categoría de un mero “plato de guarnición que sacia el apetito” sería hacerle una gran injusticia.

Después de todo, la patata es uno de los alimentos más versátiles en nuestra cocina y el cuarto alimento básico más importante después del arroz, el maíz y el trigo. Se pueden encontrar más de 5.000 variedades diferentes en todo el mundo, casi una para cada propósito y para las condiciones climáticas más variadas. Con 69 millones de toneladas al año, China es el principal cultivador -aunque la mayoría de esas patatas todavía se cosechan para la exportación, ya que la patata se está introduciendo lentamente en el mercado asiático-. En términos de consumo, los países del este europeo han tomado la delantera con hasta 250 kg al año. El menor consumo tiene lugar en África y Sudamérica -lo que resulta particularmente curioso puesto que fueron los conquistadores españoles los que trajeron la patata a Europa desde los Andes-. En Europa, la patata se estableció primero en la cocina alemana a mediados del siglo XVIII y, desde allí, se extendió luego a otros países europeos.

En la actualidad, la patata está tan integrada en nuestra cocina que es difícil imaginar la vida sin ella, desde su uso en la fabricación industrial de productos como las patatas fritas de bolsa, hasta el papel fundamental que juega en el sector de la comida rápida y, por último, las muchas y diversas variantes servidas en restaurantes y en la cocina regional. El tipo de patata se elige en función del uso que se le va a dar: las patatas céreas son perfectas para ensaladas de patata y para hervir con o sin la piel. Las variedades medianas o “todoterreno” son mejores para guisos o sopas, mientras que las patatas harinosas son ideales para puré, bolas de masa (dumplings) o las tortitas Reibekuchen alemanas (patatas crudas ralladas y fritas).

Sin embargo, en cuanto a su conservación, las cosas se complican un poco: demasiada luz puede provocar su rápido enverdecimiento y las altas temperaturas las hacen germinar. Idealmente, las patatas deben almacenarse en un lugar fresco y oscuro como un sótano, la despensa, alacena o en el cajón de verduras del frigorífico. Para evitar la acumulación de humedad, las patatas no deben guardarse dentro de bolsas de plástico, sino que deben almacenarse en cestos, bolsas de papel, bolsas de tela o cajas de verduras.

Si se tiene esto en cuenta, se conservarán durante muchas semanas en invierno -hasta finales de mayo cuando las primeras patatas nuevas ya estén listas para recoger.