Muchas ramas de la industria se benefician

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La gelatina es un producto versátil e indispensable que se utiliza en innumerables productos y aplicaciones. La mayoría de la gente asocia la gelatina con postres y gominolas. No obstante, la gelatina también juega un papel importante en diversas aplicaciones técnicas. Así mismo, el péptido de colágeno también se utiliza en una amplia gama de productos y aplicaciones. A través de sus diversas propiedades y funcionalidades, los consumidores finales consiguen beneficios que hace años eran inimaginables.

La gelatina es universal y una materia prima para la innovación

No solo las industrias farmacéutica y fotográfica utilizan con la gelatina por sus efectos saludables y estabilizadores. Un gran número de otras ramas industriales se benefician de las propiedades positivas de este producto natural. Los siguientes ejemplos demuestran el amplio espectro de posibles aplicaciones.

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leaf ornaments on a white wall
Hechos sobre la gelatina

El vino sea cristalino y sin sustancias extrañas visibles ni partículas turbias. No obstante, al final de su proceso de fermentación el vino es opaco y no presenta el atractivo tono dorado o rubí que los consumidores desean. Por tanto, se somete a un tratamiento especial denominado refinamiento o clarificación. La gelatina comestible especialmente procesada es una ayuda eficaz para el proceso de clarificación de los vinos. La gelatina se aglutina con los taninos del vino para formar copos insolubles, englobando las partículas turbias y precipitándolas fuera del vino. Se pueden eliminar fácilmente antes del embotellado. La gelatina actúa como una ayuda en este proceso para deshacerse de las finas partículas y materiales turbios; no es un aditivo.

Gelatinas y péptidos de colágeno especialmente seleccionados se utilizan ampliamente como fertilizantes para plantas. El contendido de nitrógeno se dosifica con precisión mediante la descomposición gradual de aminoácidos. De esta forma, la gelatina tiene un efecto positivo en los mecanismos metabólicos de las plantas.

La gelatina ha sido uno de los adhesivos más importantes desde la Edad de Piedra. La glutina, uno de los principales componentes de la gelatina, es la fuente de su poder adhesivo. La glutina da su nombre a todo un grupo de pegamentos de origen animal que se pueden moldear cuando se calientan y se estabilizan y aglutinan cuando enfrían. Incluso en la actualidad, se utiliza una gelatina especial en la conservación de monumentos históricos, como agente aglutinante histórico de temple y pinturas. El poder adhesivo de la buena gelatina puede llegar hasta 1,6 toneladas por centímetro cuadrado. La gelatina sigue utilizándose hoy en día en la construcción de instrumentos musicales, por ejemplo, para violines de primera calidad, y para pegar los componentes de madera de muebles de lujo. A diferencia de los adhesivos sintéticos, una cola hecha de gelatina puede despegarse sin esfuerzo en cualquier momento aplicando calor y humedad, sin dañar las obras. Los adhesivos sintéticos permanecen duros tras estabilizarse, lo que puede dañar los instrumentos musicales o los muebles.

Un manejo inadecuado de materiales de amianto puede contaminar el aire que respiramos con millones de carcinógenos. Cuando se renuevan edificios contaminados con amianto, las superficies contaminadas se rocían con una solución de gelatina. Esto crea una red elástica que aglutina las fibras de amianto, lo que garantiza que no se escape amianto durante los trabajos de renovación. Cuando se usa gelatina como agente aglutinante, la mezcla aglutinada de amianto puede mezclarse luego con cemento. El bloque resultante es tan duro que las fibras de amianto permanecen unidas permanentemente y pueden así eliminarse en conformidad con la normativa.

El zinc y el cadmio se pueden limpiar añadiendo gelatina a baños electrolíticos. La gelatina hace posible separar contaminantes de los materiales, formando así la base para la fabricación de metales de alta calidad.

La terapia de células madre se lleva a cabo en varias enfermedades para eliminar patógenos y ayudar así en el proceso de recuperación del paciente. Durante este proceso, las células madre se cultivan en superficies especiales y se implantan con la gelatina en el cuerpo humano. Materiales como el látex, la espuma de poliestireno o incluso las partículas de vidrio, se utilizan a menudo como portadores, puesto que las células madre pueden “agarrarse” bien a ellos. No obstante, estos materiales pueden provocar indeseados efectos secundarios porque el cuerpo humano no los puede descomponer biológicamente. Usar gelatina como material portador es una buena alternativa porque es un producto puro y natural, bien tolerado y que el organismo puede descomponer totalmente.

Científicos del Instituto Fraunhofer de Ingeniería Interfacial y Biotecnología (IGB) de Stuttgart han desarrollado tintas biológicas hechas de gelatina que son adecuadas para imprimir en 3D y que se pueden utilizar para crear tejidos artificiales. Estas tintas biológicas permanecen en su estado líquido durante el proceso de impresión. Sin embargo, cuando se tratan posteriormente con luz ultravioleta, se unen para formar hidrogeles que no se disuelven cuando se calientan ni cuando se introducen en agua. Los científicos pueden controlar la modificación química de las biomoléculas de forma que los geles resultantes tengan diferentes grados de solidez y capacidad de hincharse. Esto permite recrear las propiedades de los tejidos naturales -desde cartílagos sólidos hasta tejidos grasos blandos-. Así, por ejemplo, se pueden hacer implantes a medida para víctimas de accidentes.

La gelatina puede utilizarse también para estudiar en profundidad el crecimiento y comportamiento de colonias bacterianas. Científicos de la Universidad de Texas, en Austin, Estados Unidos, han desarrollado unas jaulas de gelatina para gérmenes mediante un procedimiento basado en el láser. En estas jaulas se pueden controlar con precisión las condiciones, haciendo posible estudiar el desarrollo de la resistencia a los antibióticos o terapias para infecciones, según publicaron la investigadora Jodi Connell y su equipo en la revista científica PNAS de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (Proceedings of the National Academy of Sciences).

Un estudiante de la Universidad Brunel, en Gran Bretaña, ha desarrollado la denominada “Etiqueta de Protuberancias” compuesta de gelatina. Puede utilizarse para reemplazar, o al menos complementar, las etiquetas ampliamente utilizadas para indicar la vida útil de los productos perecederos. La etiqueta está rellena de gelatina y contiene también pequeñas protuberancias. Las protuberancias no se pueden palpar mientras la gelatina permanezca sólida. No obstante, a medida que el alimento se acerca a su fecha de caducidad, la gelatina empieza a descomponerse y se convierte en líquida, permitiendo a los consumidores palpar claramente con sus dedos las protuberancias. La gelatina es una proteína y “envejece” de forma similar a la leche, la carne o el queso, sobre todo porque la etiqueta está expuesta a las mismas condiciones que los contenidos del paquete.

Las diferentes duraciones de la vida útil de distintos alimentos pueden tenerse en cuenta variando la cantidad de gelatina en la etiqueta: cuanta más gelatina contiene la etiqueta, más tiempo permanecerá en estado sólido y tapará las protuberancias haciéndolas imperceptibles.

Para todos los consumidores, pero especialmente para invidentes o discapacitados visuales, la “Etiqueta de Protuberancias” puede ser de gran ayuda porque exime del tedioso proceso de descifrar las fechas de consumo preferente o caducidad. Además, podría acabar con la incertidumbre que sienten muchos consumidores cuando tienen que interpretar este tipo de fechas: en los países occidentales, sobre todo, los consumidores tiran grandes cantidades de alimentos que podrían estar aún en perfecto estado, simplemente porque ha superado su fecha de consumo preferente.

Gracias a su estabilidad, así como a sus propiedades de aglutinación elástica, la gelatina es ideal para restaurar o reforzar techos de estuco que se desmoronan. Así, los escayolistas la utilizan para tratar superficies de estucado ornamental. Con un pincel de pelo natural, se aplica gelatina caliente viscosa a la superficie de mármol de estuco entre varios tratamientos de lijado y luego se procesa. Este tratamiento se denomina “empaste fino”. Cuando hay que rehacer piezas enteras, la gelatina se mezcla directamente con el mármol. Esto garantiza que no se endurezca rápido, permitiendo poder trabajar con ella. Una vez que el mármol de estuco se seca, se vuelve duro como una piedra y se conservará durante siglos. Esto sirve también para techos con frescos: en la Capilla Sixtina en Roma, la pasta de gelatina utilizada por los conservadores mantiene radiantes las pinturas de Migue Ángel.

La gelatina también se utiliza en el campo de la restauración de libros. Esto es debido a que tanto su poder adhesivo como su elasticidad se pueden regular fácilmente. También se puede retirar fácilmente con poco esfuerzo y no deja residuos, algo especialmente importante en la restauración de papel. El papel se elabora a partir de madera tan solo desde mediados del siglo XIX. La cola ácida de madera que se utilizaba entonces conduce ahora a que valiosos folios en archivos o librerías se vuelvan frágiles y se desmoronen. La gelatina se utiliza aquí como “adhesivo natural” para reparar grietas o volver a pegar. Sin embargo, la gelatina también cumple otro propósito: puede reforzar papel o pergamino. Los conservadores separan las páginas dañadas y luego las refuerzan con una hoja finísima de papel especial. En este proceso, los manuscritos se pegan primero a un portador de papel, del que se vuelven a “arrancar” más tarde. La gelatina se utiliza como adhesivo, y su reversibilidad hace posible retirar después el portador de papel del manuscrito.

La gelatina también puede definir los colores y la escritura de un texto histórico y detener lo que se denomina como corrosión ácida de la tinta. En este proceso, los productos químicos afectan y disuelven la tinta en el papel. El deterioro es muy rápido cuando se añade agua a la mezcla. La gelatina puede detener este proceso. Por ejemplo, la gelatina hizo posible restaurar las valiosas partituras originales que sufrieron daños durante el desastre de la inundación en Dresde en el verano de 2002.

Los criminólogos también utilizan la gelatina cuando trabajan en casos de asesinato. La usan para resolver crímenes cuando no se pueden localizar en la escena del crimen casquillos ni balas, ni mucho menos un arma. Un bloque especial de gelatina puede determinar qué arma o munición se utilizó. Este bloque, que se conoce como “gelatina balística”, es similar en densidad y propiedades a los tejidos del cuerpo humano. Para analizar mejor el patrón de la herida se pueden incrustar en el bloque de gelatina huesos o vasos sanguíneos artificiales.

Los especialistas en balística disparan sobre un bloque de gelatina desde diferentes distancias y ángulos, y con armas diversas. Después miden los canales de la bala y calculan la energía cinética. Los resultados se comparan con las heridas de las víctimas. Esto les permite determinar con mayor probabilidad qué arma fue utilizada. La transparencia de la gelatina permite entender la trayectoria de la bala. También facilita a los especialistas filmar o fotografiar la trayectoria de la bala utilizando una cámara de alta velocidad.

Este tipo de información es también muy útil para los cirujanos militares. Entender la trayectoria de la bala dentro del cuerpo hace posible elaborar un diagnóstico más preciso. Cuando tienen que atender a varios pacientes con heridas de bala, pueden determinar más rápidamente quién necesita tratamiento con más urgencia.

El método forense más conocido que emplea gelatina es la recuperación de huellas dactilares. Las huellas se descubren desempolvando objetos con un cepillo y unos polvos. El polvo se adhiere al sudor y la grasa que componen las huellas. La huella se extrae luego sobre la capa de gelatina de una película especial y la película se transfiere a un documento. Películas similares con contenido en gelatina se utilizan para extraer huellas de guantes, zapatos o pies además de huellas de rodamiento (ruedas), de polvo o micro rastros.

Heridas abiertas, piel quemada, caras desfiguradas… la gelatina a menudo desempeña un importante papel para crear aspectos que hacen estremecer de miedo a ciudadanos desprevenidos cuando abren la puerta en Halloween, o cuando se trata de atemorizar a los espectadores de películas de miedo. Los artistas de maquillaje llevan tiempo aplicando gelatina para reproducir todo tipo de heridas y transformaciones en la piel.

Y a pesar de encontrarnos en la era de la animación por ordenador, Hollywood sigue utilizando la gelatina en sus producciones cinematográficas y televisivas. Y no solo para caretas. Bastantes de los “órganos” que se ven en las mesas de disección de los investigadores forenses en populares series de televisión están hechos de gelatina teñida. La que se conoce como gelatina de “efectos especiales” puede utilizarse también para cubrir cejas o vello molesto que crece donde no queremos y para crear coronillas sobre pelo real. Las ventajas que ofrece este material son obvias: la gelatina es un material flexible y barato que se puede procesar y teñir con facilidad. A diferencia de otros materiales como el látex, la gelatina no provoca alergias ni reacciones cutáneas. Si lo hace es de forma muy leve, incluso al contacto directo con la piel. Estas son algunas de las razones por las que a los entusiastas de Halloween les gusta utilizar la gelatina para crear sus propios y particulares disfraces en la “noche de los fantasmas”.

En la natación sincronizada no se trata de lograr tiempos rápidos. Es, en cambio, una cuestión de elegancia. Esta es la razón por la que la primera preparación antes de la competición es el maquillaje y estilismo. Por encima de todo, el peinado debe permanecer en su sitio. Sin embargo, no hay muchos estilos entre los que elegir. El moño es imprescindible. Para quienes tienen cabello fino o corto, un postizo artificial puede ayudar. La gelatina líquida se aplica luego al cabello peinado. Se endurece a medida que se seca y mantiene cada hebra de pelo en su lugar.

La mayoría de la gente ha oído hablar de la gelatina, sobre todo de los populares ositos de gominola. Pero, ¿y en los detergentes para la ropa? Los requisitos que deben cumplir los detergentes para la ropa y los productos de limpieza en su forma de presentación al consumidor son contradictorios. Por un lado, los detergentes para la ropa y los productos de limpieza han de ser lo más concentrados posible para ahorrar en costes de embalaje y consumo energético. Por otro lado, cuanto más concentrado sea el detergente, más difícil resulta el manejo y la medición de las cantidades a usar. No solo una escasa aplicación del producto, sino también un exceso del mismo, puede dar lugar a resultados poco satisfactorios, especialmente cuando se usan detergentes muy concentrados. Estos problemas se solucionan metiendo en cápsulas el detergente o el producto de limpieza. Los polímeros solubles en agua, tales como la gelatina, facilitan que el detergente se pueda encapsular. Las cubiertas de las cápsulas se disuelven y deshacen durante el proceso de lavado al entrar en contacto con el agua, momento en el que la dosis precisa contenida en la cápsula se libera en el tambor de la lavadora. Otra ventaja más es que la gelatina consigue reducir el visible envejecimiento (agrisamiento) de la colada. A 40°C, la estructura de la gelatina cambia bajo la influencia de los agentes tensoactivos de forma que atrapa la suciedad emulsionada, lo que conduce a una menor decoloración grisácea de los textiles causada por el lavado y menor absorción de la suciedad previamente eliminada por el tejido.