Mousse de salmón

Tiempo aproximado de preparación:

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Ingredientes para 4 porciones:

  • 120 g de pepino
  • 150 g de salmón ahumado 
  • 2 cucharadas de mascarpone (queso fresco italiano)
  • 250 g de yogur desnatado
  • ½ cucharada de mostaza medio-fuerte
  • 1 cucharada de miel
  • 6 hojas de gelatina o 1 sobre (9 g) de gelatina en polvo (para 500 ml de líquido)
  • Sal y pimienta
  • Un poco de jugo de limón

Además:

  • Limón y canónigos como guarnición

Preparación:

  1. En primer lugar, poner a remojo la gelatina en agua fría. 
  2. Lavar el pepino y cortar 12 rodajas muy finas para los moldes. Luego cortar el resto del pepino. Cortar el salmón en dados finos y hacer un puré junto con el queso mascarpone y las rodajas de pepino. Añadir el yogur, la mostaza y la miel y mezclar hasta que se obtenga una mousse suave. Sazonar con sal, pimienta y jugo de limón. 
  3. Escurrir el exceso de humedad de la gelatina y calentarla suavemente para que se disuelva. Batir añadiendo 1 cucharada de la mousse en la gelatina y luego incorporar la mezcla de gelatina en el resto de la mousse.
  4. Aclarar 4 moldes (capacidad aprox. 200 ml) con agua fría y colocar 3 rodajas de pepino en cada uno. Verter la mousse de salmón en los moldes, alisar la superficie y refrigerar durante aproximadamente 2 horas. 
  5. Emplatar, aderezar con una rodaja de limón y servir con canónigos.


Ahí se encuentran más informaciones para cocinar y cocer con gelatina.

Información nutricional, datos aproximados por porción:

  • Calorías: 125
  • Julios: 522
  • Proteínas: 12,0 g
  • Grasas: 6,5 g
  • Carbohidratos: 4,5 g

Salmon – the all-rounder in the kitchen

En el pasado, el salmón era un manjar caro y escaso reservado a ricos entendidos; en la actualidad, es uno de los favoritos entre todos los consumidores. Es suficiente echar un vistazo a su delicada carne rosada para hacernos la boca agua. Este delicioso pescado está disponible en el mercado en gran variedad de formas, por lo que existen muchas posibilidades de preparación.

 

Pero no es solamente su sabor lo que convierte al salmón en un producto versátil en la cocina. Sus ácidos grasos poliinsaturados en particular juegan un papel importante en la protección del sistema cardiovascular. Estos ácidos grasos omega-3 – que se encuentran en muy pocos alimentos – ayudan a regular los niveles de colesterol y tienen un efecto positivo en la coagulación sanguínea. El salmón también contiene vitaminas A y D y es una buena fuente de vitamina B12 y yodo. Con su alto contenido en grasas, el salmón tiene más calorías que muchos pescados blancos, pero es saludable comerlo al menos una vez a la semana.

 

El salmón que se sirve en Europa suele ser criado en piscifactorías de Irlanda o Noruega. Es bastante raro encontrar variedades salvajes en los menús. No obstante, esto ya no es un problema, ya que el sabor y la calidad del salmón criado en piscifactoría han mejorado significativamente, liberándose de su mala reputación. La carne es firme y aromática y se realizan controles regularmente para detectar cualquier rastro de antibióticos.

 

Junto con el salmón fresco y el salmón congelado, su variedad ahumada es también habitual en los supermercados. El salmón ahumado se puede incorporar a una amplia gama de platos de forma rápida y fácil. Una vez que se abra el paquete, es importante consumir el salmón rápidamente y no almacenarlo durante demasiado tiempo. El salmón ahumado se consume, por lo general, frío. El sabor salado proviene de la gruesa capa de sal marina pura con la que se frota y cubre antes de ser ahumado en madera de haya o de abedul. Esto contribuye al aromático sabor del salmón ahumado, aportando a esta y a otras recetas una calidad muy característica.

 

¡Buen provecho!